La entrada de hoy versa sobre las creencias… pero no precisamente creencias religiosas. Esas no. Más bien tipo:
- “Todos los hombres son iguales”
- “Soy negada para la cocina”
- “El dinero corrompe”
- “Sólo los delincuentes se tatúan”
- “Tengo dos pies izquierdos, por eso no sé bailar”
- “No tengo éxito en mi negocio porque no soy hijo de un influyente”
- “Me dieron la beca para mi maestría en España, pero no me fui porque qué tal si me pasaba lo que en la película X”
- “Me pasó lo que a todas las mujeres casadas: me pusieron el cuerno”
- “No soy buena onda con mis colaboradores porque qué tal si se me suben a las barbas”
- “Me encanta pintar, pero debo buscar un trabajo de verdad”
- “El trabajo es tan feo, pero ¡tan feo! que hasta pagan por hacerlo”
Y miles de etcéteras que todos los días leo en redes sociales, escucho en mis sesiones de coaching o incluso yo misma tengo. La de la cocina fue creencia propia por muchísimos años, y esta creencia me hacía que ni siquiera intentara preparar algo porque tenía arraigadísima la creencia de “si yo pongo a calentar agua, se me quema”, ¿ves? Las creencias no son realidad, pero son NUESTRA REALIDAD, y nuestras acciones (o la ausencia de las mismas) se basan en esto que CREEMOS que es nuestra realidad. A estas ideas que tenemos profundamente arraigadas y que, por darlas por verdad frenan nuestro crecimiento, se le conoce como CREENCIAS LIMITANTES.
Y ¿cómo impacta todo esto en nuestro liderazgo? De entrada, eres el (o la) líder que eres de acuerdo con lo que CREES que un líder debe ser. Esa de que los colaboradores se te pueden subir a las barbas era una creencia de una coachee. Cuando la ayudé a darse cuenta que podía ser una líder buena onda manteniendo el respeto de sus colaboradores, ella logró tener mucho mejores resultados tanto con el equipo como para sí misma. Su mal genio le estaba negando un ascenso, que logró después de haber desfundamentado esa creencia que la limitaba.
Por otro lado, como líder, tienes dos trabajos con relación a las creencias: el primero, que puede sonar desafiante, pero con las herramientas correctas, se torna muy sencillo. debes de saber identificar (y ayudar a desfundamentar) las creencias que tienen tus colaboradores, porque esas creencias les impiden tomar ciertas acciones. Por ejemplo: si un colaborador tuyo esta convencidísimo que nunca va a aprender inglés, pero es buenísimo en su trabajo, tan bueno que lo están considerando para promoverlo a un puesto clave, pero ocupa el inglés… él solito se va a descartar por la simple y sencilla razón que sabe (CREE) que nunca va a aprender inglés, entonces ni lo intenta.
¿Cuáles son las herramientas que ocupas para poder convertirte en un desfundamentador de creencias limitantes? Preguntas. Conviértete en un líder preguntón. Sé un cuestionador. Por ejemplo, con TODOS LOS HOMBRES SON IGUALES, puedes preguntar simplemente ¿TODOS? Y con eso te van a decir “bueno… no todos”. Recuerdo que con la gerente que no quería que se le subieran a las barbas le pregunté “¿Conoces a algún líder que sea buena onda pero que al mismo tiempo sea respetable?” recordó a una persona que había sido su jefa en algún momento de su vida y se inspiró en ella para cambiar su forma de ser.
El otro trabajo que tienes como líder es CREER EN TUS COLABORADORES. La inmensa mayoría de las creencias limitantes de las personas vienen de figuras de autoridad, figuras de respeto, y eso es lo que de repente nos impide dudar de su veracidad. Por ejemplo, a mí, mi papá siempre me decía que si yo ponía a calentar agua se me quemaba, entonces pues lo di por verdad. Miguel Ruiz en su libro LOS CUATRO ACUERDOS habla de SER IMPECABLE CON LAS PALABRAS, pues dice que nuestras palabras hacen magia. De nosotros depende si queremos hacer magia blanca o magia negra. Como líder tienes ese poder: El poder de hacer magia en tus colaboradores. Si les dices que no sirven para nada, lo van a creer. Si les dices que son los más fregones del planeta, ¿adivina? ¡¡¡lo van a creer!!! Tu labor es sembrar en ellos creencias positivas, creencias de PODER. Y verás la magia surgir. ¡Te lo prometo!
Si ya estás cansado de accionar y no ves los resultados que esperas, quizá, y sólo quizá, una creencia limitante está frenando tu avance. Haz click aquí para agendar un café virtual conmigo y empezar a trabajar en desarrollar tu magia blanca, tanto para ti como para tus colaboradores.
Adriana Alanis es coach, formadora y entrenadora de gerentes recién ascendidos y mandos medios a quienes guía a través de mentorías y capacitación en habilidades de autoliderazgo, gestión de equipos y manejo del tiempo. Autora del libro DE JEFE A LIDER COACH, best seller digital en Amazon, y creadora de la Agenda del Líder Disruptivo. Embajadora de la Fundación Cryndi, profesora universitaria con más de 20 años de servicio y vicepresidenta COPARMEX Hidalgo, Premio Nacional a la Mujer 2020, Galardón Forjadores de México 2021.
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