Recientemente leí en LinkedIn un post que me dio risa, pero a la vez me dejó pensando. Era un post en el que decían algo así como “¿Y no que iban a implementar una norma que garantizara la salud emocional de los trabajadores?”, palabras más… palabras menos.

Y es que la implementación de la NOM 035 quedó un poco en el olvido debido a que nos aquejó la pandemia y lo importante se relegó por atender lo urgente. Sin embargo, ya que estamos más pa’llá que pa’cá con ese asunto que llegó en 2020 y nos agarró a todos por sorpresa, es momento de retomar el tema de la famosa norma.

Como coach de empresarios, mi sentimiento con relación a la norma es dual. Por una parte, estoy feliz que por fin se vaya a garantizar el bienestar psicosocial de los trabajadores, pero por otro, qué tristeza que se haya tenido que implementar una norma de carácter obligatorio para asegurar el bienestar psicosocial de los trabajadores.

El sábado pasado impartía un curso, justamente de liderazgo, en una empresa del Estado de México, y comentábamos que un colaborador feliz es un colaborador mucho más productivo, que un ambiente armónico es un ambiente más saludable, y que el buen o mal clima laboral depende, pésele a quien le pese, de los líderes.

Es por esto que es tan importante hacer un cambio de paradigmas, romper viejas creencias y abrazar el estilo de liderazgo que la nueva era exige. Ya no funciona el estilo jodón, gritón, mandón, gruñón que funcionaba en épocas pasadas. Hay que darle un refresh e implementar nuevas herramientas y estrategias para ejercer el liderazgo de la mejor manera posible. Y no es porque seamos hermanitas de la caridad. No. Veámoslo desde la perspectiva del retorno de inversión. Un colaborador feliz es un colaborador más productivo, se reducen los índices de rotación, se bajan los costos por errores y retrabajos, y en suma… sale más barato tener un ambiente laboral sano que uno tóxico.

No nos queda más remedio que implementar la NOM 035, porque es de carácter obligatorio. Pero te tengo muchas buenas noticias: 1) al implementar la NOM 035 al pie de la letra, estás, sí o sí, cubriendo los requisitos que te piden otras normas, 2) si de verdad la pones en práctica, y no nomás cumples por cumplir y por quitarte a la STPS de encima, vas a tener un mejor lugar para trabajar, donde tus colaboradores vayan porque les encanta estar ahí y no “yo hago como que trabajo, al fin que la empresa hace como que me paga”, 3) si tu staff gerencial se involucra (cual debe de ser) en la implementación de la norma, van a tener un arsenal de nuevas herramientas y estrategias para ejercer un liderazgo más humano, más empático, más comprometido, 4) el ROI de esta nueva realidad es mucho mayor en comparación con los resultados que se tienen por resistirse al cambio en el estilo de liderazgo.

Ya tenemos la NOM 035 encima, ya están las autoridades dándole continuidad, no te esperes a que lleguen a tu empresa y te multen por no tenerla bien implementada, porque aparte, recuerda que la política gubernamental es 0 nuevos impuestos… ¿de dónde van a sacar los recursos? Sip, de multas, así que ¡ojo con eso!

Implementar la NOM 035 no es darles a tus colaboradores una clase de yoga y ya… o sea, sí suma, pero no lo es todo. Más que operativamente, busca la manera de cumplir jurídicamente con ella, y ¡por piedad! Si vas a invertirle, pues que sea una inversión que te reditúe. Como te decía párrafos arriba, no solo quieras quitarte a la STPS de encima… si de todos modos vas a meterle recurso (tiempo, energía, dinero, y no sé cuántos etcéteras más), que sea para que impacte positivamente en tu empresa y tengas un buen retorno de inversión.

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Adriana Alanis es coach, formadora y entrenadora de empresarios a quienes guía a través de mentorías y capacitación en habilidades de autoliderazgo, gestión de equipos y manejo del tiempo. Autora del libro DE JEFE A LIDER COACH, best seller digital en Amazon, y creadora de la Agenda del Líder Disruptivo. Profesora universitaria con más de 20 años de servicio y vicepresidenta COPARMEX Hidalgo, Premio Nacional a la Mujer 2020 y Galardón Forjadores de México 2021.