Hoy te voy a escribir acerca del amor, aprovechando que el día de mañana se celebra el día del amor y la amistad. Pero te escribiré desde una perspectiva muy diferente.

Nos han enseñado que el amor es hacia afuera, que tenemos que amar a los demás, que debemos de poner al otro por sobre nosotros mismos y si se nos ocurre la brillante idea de pensar primero en nosotros mismos, se nos tacha de egoístas. Pero no. No es egoísmo. Y por eso el día de hoy he decidido desempolvar un artículo de mi blog anterior, que originalmente salió publicado el 4 de junio del 2012. Espero que te guste y, sobre todo, que te haga reflexionar la manera que, hasta ahora, has tenido de amar. ¿Comenzamos?

Aaaaay el amor… ese maravilloso sentimiento que te hace sentir mariposas en la panza cuando ves a la persona amada, o cuando recibes un mensajito, o un post en tu muro en el FB… que te hace querer que ese ser tan especial sea feliz, aún a costa de ti mismo… Los libros románticos, las películas, las telenovelas… ¡¡¡las canciones!!! todos estos medios de “comunicación” nos dan ideas no muy claras, y hasta peligrosas, de lo que puede ser el amor: de todos lados recibes el mensaje de “si no duele, entonces no es amor”, “el amor es sacrificio”, “para que el amor triunfe, debes de luchar por él”… o bien, aquellas rolas con frases tan mecortolasvenascongalletasdeanimalitos que dicen “mi vida no tiene sentido si tu no estas”, “yo por ti daría la vida”… la gran, gran mayoría de los problemas con los que llegan los pacientes a un consultorio psicológico, o a vivir un proceso tanatológico, o incluso a un grupo de autoayuda, ¡¡¡los suicidios!!! es porque no pueden superar una pérdida, un engaño, un “ya no te quiero” de esa persona a quien se le entregó la vida, los mejores años… No bueno! No sé en qué momento de la historia de la humanidad se les ocurrió la brillante idea de tergiversar el concepto del amor, no sé a quién se le ocurrió decir que para poder amar a otra persona, tenías que dejar de amarte a ti, y vaya que lo hemos puesto en práctica de manera perfecta!

Dios, sea cual sea el concepto que tengas de El, dice “AMA A TU PROJIMO COMO A TI MISMO”, y yo te pregunto: ¿cómo te amas a ti mismo?, ¿qué haces por ti?, ¿cómo te cuidas?, ¿cómo alimentas tu cuerpo?, ¿y tu alma?, cuando la riegas, ¿cómo te reprendes?, y cuando haces las cosas bien, ¿cómo te lo reconoces? Ahora, si tú no eres capaz de amarte a ti, ¿cómo pretendes que la persona que tienes enfrente pueda amarte?, si tú no te mereces ni siquiera tu propio amor, ¿por qué el otro sí debe de amarte y aceptarte? Alguna vez escuche a una amiga comentar que a ella no le gustaba estar sola y que su psicóloga le dijo: “te crees tan mala compañía que ni tu misma te soportas”… ¡¡¡que fuertes declaraciones!!!

Para poder lograr que otros te amen, es INDISPENSABLE que empieces por amarte tú mismo, con todo tu ser, con todas tus fuerzas… el amor no es como la lana, si tu das $5.00 a alguien, tú te quedas con -$5.00, pero el amor no es así, el amor es como la flama de una velita: puedes encender MILLONES de velitas y tu flama JAMAS se va a apagar. ¡Al contrario! Estás dando cada vez más y más luz… si tú amas, el amor a tu alrededor se multiplica. Así que empieza por amar a la persona más importante de tu vida, ¿quieres saber quién es? Párate frente a un espejo, vela directamente a los ojos y dile “te amo y te acepto tal cual eres”.

Y cuando empieces a amar a aquel (o aquella) que está al otro lado del espejo, la gente empezará a contagiarse de ese amor que prodigas. Yo cuando inicié con estos ejercicios empecé por darme pequeños masajes en los pies, todos los días lo hacía, y poco a poco fui sintiendo cariño por esa parte de mi cuerpo, que antes consideraba tan fea e imperfecta, ¡¡¡ME AVERGONZABAN MIS PIES!!! Pero en cuanto pude decirles a mis pies que los amaba, ¡TODO UN MAR DE COSAS CAMBIARON DENTRO MIO!

Cuando hagas el ejercicio del espejo, siente las emociones… ¿te cuesta trabajo decirlo?, ¿qué te impide decirte eso?, ¿qué te detiene?, ¿qué sientes cuando tratas de decirlo?, ¿dónde sientes la emoción? El coaching te puede ayudar a reencontrarte, a conectarte contigo mismo, a incrementar tu autoestima, tu seguridad en ti, te devuelve el control de tu propia vida, y sobre todo, te ayuda a aprender a amar a los otros COMO a ti mismo, no EN VEZ de a ti mismo… y yo te puedo ayudar a través de mi metodología 3L, que inicia con el liderazgo de tu vida. ¡¡¡ATREVETE!!! Solicita una sesión gratuita de diagnóstico aqui.

 

Adriana Alanis es coach, formadora y entrenadora de gerentes recién ascendidos y mandos medios a quienes guía a través de mentorías y capacitación en habilidades de autoliderazgo, gestión de equipos y manejo del tiempo. Autora del libro DE JEFE A LIDER COACH, best seller digital en Amazon, y creadora de la Agenda del Líder Disruptivo. Embajadora de la Fundación Cryndi, profesora universitaria con más de 20 años de servicio y vicepresidenta COPARMEX Hidalgo, Premio Nacional a la Mujer 2020, Galardón Forjadores de México 2021.