CUARTA «C» PARA SER LÍDER ELITE

La semana pasada te escribía sobre la colaboración, que es una de las cosas que más trabajo les cuesta a los empresarios y jefes. Lograr que sus colaboradores (valga la redundancia) colaboren. Te escribí acerca de los tres aspectos que he descubierto que les impide lograr esta C a los empresarios con quienes he tenido oportunidad de trabajar como su coach y que son: 1) no confían lo suficientemente en ellos y no creen que sean capaces de lograr los objetivos, 2) no delegan con efectividad y 3) no les brindan las herramientas y las condiciones necesarias para que lo que se planeó se ejecute.

Esta semana traigo para ti la última “C” para convertirse en un líder elite: el COMPROMISO. Muchísimos jefes piden el compromiso de los colaboradores, pero… ¿qué tanto ese jefe está dispuesto a comprometerse con el colaborador? Y pues sí… lamento informarte que el primero en comprometerse debes ser tú, jefe, empresario, dueño de negocio, gerente… el compromiso se nota, la ausencia de compromiso… también. Creo que el primer paso para empezar con esta última “C” es la ruptura del paradigma de que el colaborador se debe poner la camiseta, o sea, sí, pero está cañón que se la ponga solo o sola… quien se la debe de poner eres tú. Comprométete con tu colaborador, comprométete a ayudarlo a sacar lo mejor de sí mismo o de sí misma. Comprométete a acompañarlo, guiarlo y darle las herramientas para que pueda llevar a cabo su labor.

Cuando doy talleres y team buildings en empresas de diferentes tamaños y giros, hay una dinámica que hacemos que se llama LA SUBASTA LABORAL, y es algo así como darles dinero para que jueguen (no le cuentes a mi mamá que me robo los billetes del monopoly de su casa para esta actividad por favor) y les subastamos diferentes situaciones utópicas y ellas y ellos van pujando y ahí vamos descubriendo cuáles son sus más grandes motivantes: sin importar el tamaño o el giro, los comportamientos son muy similares: las mamás jóvenes pujan fuertemente por “guardería dentro de las instalaciones de la empresa”, las personas más grandes pujan por “jubilación anticipada” y así… pero la que nunca deja de sorprenderme es la encarnizada puja que se da cuando se subasta “reconocimiento por parte de mi jefe”. La gente está ávida por ser reconocida, por ser vista, por ser valorada. Y ¿sabes? No cuesta nada. Sin embargo, tenemos el paradigma de “para eso lo contraté”, ¿no? Igualito que mamá o papá cuando sacábamos una buena calificación en matemáticas, ¿qué nos decían? “es tu obligación”, menospreciando (incluso nulificando) todo lo que debimos hacer para poder lograr esa calificación. Haz la prueba, intenta reconocer esos pequeños actos heroicos de tus colaboradores. No tienes que gastar un peso partido por la mitad, simplemente da un agradecimiento genuino. Verás cómo se esmeran más.

Hay un video en youtube que habla de un experimento con arroz que hizo el doctor Masaro Emoto (sí, el mismo de los mensajes del agua) y en ese video cuenta que pusieron tres frascos con arroz y un poco de agua, y durante un mes, a un frasco le dijeron “gracias” a otro le dijeron “te odio” y al tercero simplemente lo ignoraron. Al final del experimento, el arroz del frasco al que le decían “gracias” estaba lindo, blanco, perfumado. El arroz del frasco de “te odio” se puso negro peeeeero el arroz ignorado enmoheció. ¡Se pudrió! (puedes ver el video aquí) Y traigo esto a colación porque, si esto le pasó al arroz que es algo “inanimado”, imagínate lo que pasa con una persona que es ignorada. Otro de los puntos para comprometerte con tus colaboradores es darles retroalimentación. Diles lo que están haciendo bien, en qué podrían mejorar (no les digas solo los puntos malos… ¿ehe? No se vale así), pero por amor de Dios… ¡¡¡diles algo!!! El no darles ningún tipo de retroalimentación los va matando poco a poco.

Mi deseo para ti es que adquieras estas cuatro “C” para ser un líder elite: confianza, comunicación, colaboración y compromiso. Espero que estas cuatro entregas hayan sido de gran ayuda para ti. Recuerda: Tú eres ESE factor de cambio que tu empresa requiere. No es fácil romper paradigmas y empezar a pensar diferente, pero mis más de 15 años de experiencia me hacen saber cómo hacerlo sencillo y sobre todo, divertido, ¿quieres que te ayude? ¡Da click AQUÍ y platiquemos!

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