Hace algunos años me buscó un empresario y me dijo “Adriana, quiero que me ayudes a desarrollar un esquema de compensaciones para motivar a mis colaboradores. Yo sé qué es lo que ellos quieren: ellos quieren ser escuchados, ser tomados en cuenta, pero la verdad es que yo no tengo tiempo para eso, así que mejor voy a pagarles más para motivarlos”. Le dije que lo que él necesitaba no era un mejor esquema de compensaciones (que, dicho sea de paso, no es la solución a los problemas de falta de motivación), sino, continué, aprender a manejar su tiempo de mejor manera para poder hacer lo que todo líder debe hacer, que es tener conversaciones de alto valor con sus colaboradores en vez de estar atrapado en la operación. Me bateó. Creo que no le hizo feliz el saber que él tenía la solución en la palma de su mano.
Y esto viene a colación porque el día de ayer escuché algo referente a la motivación. Una charla Ted, sencillamente MARAVILLOSA (como todas las charlas TED del mundo, algún día yo voy a dar una) impartida por Dan Pink (si la quieres ver, da click aquí, ¡18 minutos espectacularmente invertidos!) en la que habla de la paradoja de la motivación, vista desde la perspectiva de la ciencia, pero también desde la perspectiva de los negocios.
Y es que Dan Pink comparte los resultados de una investigación, en la que hay dos grupos, a uno se le ofrece una recompensa monetaria para incentivar su productividad y al otro grupo no se le da nada y ¡taraaaaan! El grupo con incentivo económico tiene peor desempeño que el grupo que no lo tiene. Pero ¿cómo es esto? ¡Esto va en contra de todas las reglas! Desde siempre hemos sabido que, si quieres que un trabajador sea más eficiente, creativo, comprometido, que se ponga la camiseta, que la sude, que se tatúe tu logo, etc… hay que incentivarlo con bonos, comisiones, un plan de compensaciones (su propio reality show, dice Dan) … Pero de acuerdo con el estudio que se presenta ahí, los incentivos, lejos de agudizar el pensamiento y acelerar la creatividad, entorpece el pensamiento y ralentiza la creatividad. ¡¡¡BOOM!!!
Lo que más me llamó la atención de la charla es que dice Dan: “este es uno de los más contundentes hallazgos en las ciencias sociales… y también uno de los más ignorados”. ¡Boom X2! Y es que desde siempre ha habido una gran discrepancia entre lo que la ciencia dice y lo que las empresas hacen. Las empresas están tan casadas con sus paradigmas y prácticas que, si se les dice que hagan algo diferente, ¡les rechinan las muelas! Y prefieren quedarse en el malo por conocido, y mejor no contrato a la coach porque no me dijo lo que yo quería oír y no me dio lo que yo le pedí. Pero es que no es lo que tú pidas. Es lo que tu empresa necesita.
Lo que yo le dije a ese empresario no era la invención del hilo negro. Es algo que se ha venido proponiendo desde hace ya muchos años, desde Stephen Covey, Brian Tracy y muchos etcéteras, y que las necesidades derivadas de la pandemia vinieron a agudizar peeeeero, desgraciadamente, muchas empresas están dejando de aprovechar esta coyuntura que debería ser un parteaguas y que, lejos de apalancarse, están, como ellos mismos dicen “volviendo a la normalidad”.
Las empresas en la actualidad requieren romper esquemas, abandonar viejas prácticas que en su momento fueron útiles, pero en este siglo XXI ya no son vigentes ni funcionales. Requieren dejar de pensar en motivadores externos y tomar en cuenta los motivadores que la gente grita a todo pulmón pero que han decidido ignorar olímpicamente, y todo pasa: gastan un buen y la gente ni se motiva, ¡al contrario!
Yo sé que la resistencia al cambio es tremenda, pero también es importante reconciliarte con el cambio, abrazarlo y ver todo lo maravilloso que se puede hacer gracias a él. Que el cambio no es la bruja de Blair y que pueden ser grandes amigos. Si identificas a algún nuevo líder que no está dando los resultados esperados de él, porque no ha podido soltar la operación y su equipo está como barquito sin brújula, ese es un candidato ideal para vivir un proceso de coaching y a través de eso, integrar nuevas herramientas, romper viejos paradigmas y aprender habilidades distintas, y así, hacer la transición con facilidad y armonía para todos.
Mi deseo para las empresas es que ¡por fin! empiecen a hacerle caso a la ciencia: ahorrarán dinero, tendrán mejores colaboradores, mayor compromiso, mayor productividad y un mayor retorno de inversión. ¿Quieres que te diga cómo lo puedes lograr? ¡Charlemos! Da click aquí y elige el espacio que más se acomode a tu agenda.
Adriana Alanis tiene más de 15 años de experiencia como desarrolladora de líderes: coach, formadora y mentora de empresarios, gerentes recién ascendidos y mandos medios Creadora de la Metodología 3L: Liderazgo de tu Vida, Liderazgo de tu Equipo y Liderazgo de tu Productividad. Autora de los libros DE JEFE A LIDER COACH y LOS TRES LIDERAZGOS DEL GERENTE EXTRAORDINARIO, creadora de la Agenda del Líder Disruptivo y de los programas TIME HACKER y MUJER LIBRE Y GRAN-DIOSA. Profesora universitaria con más de 20 años de servicio y vicepresidenta COPARMEX Hidalgo, Premio Nacional a la Mujer 2020 y Galardón Forjadores de México 2021. https://bit.ly/adrianaalanis